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APRENDER A TOMAR VINO COMO UN EXPERTO

Los vinos son obras de arte y al probarlos hay que saber tratarlos como tal.

Es hora de lucir como expertos cuando nos ofrecen vino. Estos son los pasos que debemos seguir para empezar a aprender sobre el arte de los vinos. Antes de empezar, normalmente se debe sostener la copa del tallo, esto para no cambiar la temperatura del vino y poder observarlo.

1. Observar.

El vino puede aparecer en muchos colores. Incluso si se está observando un vino tinto, el color puede tender más hacia el morado o hacia un rojo más claro. La clave está en empezar a aprender a diferenciar las tonalidades. Por ejemplo, el Syrah tiende a ser  un color morado oscuro donde es casi imposible mirar a través, mientras que el Pinot Noir es más brillante y casi transparente.

El color también dice mucho sobre la edad de un vino. Los blancos se vuelven más oscuros con los años, mientras que los rojos se vuelven más ligeros.

Es importante mover ligeramente la copa hacia un lado para permitir que parte del vino suba en la copa y luego al devolverlo a su posición original, observar cómo caen sus lágrimas. Cuando cae despacio y se ve algo más espeso, es posible que sea alto en azúcar o que contenga altos niveles de alcohol. 

2. Mover en remolino.

El vino cambia sus aromas y sabores cuando está recién abierto. Por esta razón es mejor abrirlo media hora antes de servirlo. Como esto no siempre es posible, es mejor moverlo en pequeños remolinos, esto ayudará a que los componentes más volátiles se evaporen, y esto es bueno porque normalmente éstos son los menos agradables.

Además, este movimiento permite que entre un poco de oxígeno en el vino para poder percibir mejor su aroma.

Y lo más importante, al mover así el vino pareceremos expertos.

3. Oler.

El sabor está en el olfato. Por esta razón es buena idea acercar la nariz al vino y olerlo profundamente después de moverlo. La clave está en empezar a diferenciar los aromas dulces que parecen frutas, de los que son más terrosos y parecen más como maderas. 

Esta parte es un poco confusa al comienzo y requiere de mucha experiencia, pero con repetición se lograrán diferenciar los diferentes vinos. Por ejemplo, el Sauvignon Blanc tiene aromas de pimiento verde y pomelo.

4. Tomar un sorbo.

Antes de pasar, se debe mover lentamente el vino por toda la boca para permitir que los sabores pasen por toda la lengua. Lo primero que se debe aprender a percibir es el balance, esto quiere decir que ningún sabor particular debe resaltarse, sino que más bien debe existir un equilibrio entre los diferentes componentes. Por ejemplo, un vino con alto grado de alcohol, no debería percibirse en la lengua si es balanceado.

Luego de pasar, es bueno aprender a diferenciar qué tanto duran los sabores. Los vinos más finos tienden a tener sabores más duraderos.

5. El todo.

Y bueno, al final del día lo importante es que nos guste. 

Ahora, si alguien nos pregunta qué tal el vino, podemos decir algo como: Estaba bien, al comienzo no me estaba matando mucho, pero luego de dejarlo respirar empezó a mostrar sus verdaderos aromas de mora, notas de ciruela y un poco de madera en la nariz. Pero siendo sincero, creo que el anfitrión es un poco tacaño porque se siente mucho el alcohol y sus sabores casi no duran.

Ahora a practicar con un buen vino a domicilio.

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Tomado y traducido de Ser el Dios del vino.